Yes Sir I Can Boogie era uno de los temas de moda en 1977 cuando Star Wars llegaba por primera vez a la gran pantalla. Sus innovadores efectos especiales, las batallas espaciales y un villano carismático fueron los ingredientes necesarios para generar un blockbuster nunca visto. El joven Luke Skywalker se convertiría en el héroe de toda una generación, pero junto a él acababa de generarse una revolución. Carrie Fisher, ataviada con sus famosos moños y el vestido blanco hasta los pies irrumpía en el panorama cinematográfico como la princesa Leia. Esta princesa no tenía corona, rueca ni zapatitos de cristal, tenía una pistola láser con la que salvaría a los dos protagonistas masculinos en su primera aparición.

Modern Simple Minimalist Frames

Leia

Leia no era la damisela en apuros que Luke y Han esperaban rescatar del malvado Darth Vader. Leia era joven, pero ya encabezaba una rebelión galáctica contra un régimen dictatorial y arriesgaba su vida por la causa. Con Leia surgía un nuevo tipo de personaje femenino que pretendía quedarse dentro del universo de Star Wars, sin embargo, no todo fue sencillo. Carrie Fisher tenía prohibido llevar sujetador durante la grabación de la primera película pues, en palabras de Lucas “no existen sujetadores en el espacio". Curiosamente, se debieron inventar para la siguiente entrega, en la que Leia aparecía llevando un bikini dorado como su uniforme de esclava. Curioso.

"Lancé una mirada de espanto muy parecida a la que puse al ver los dibujos del bikini metálico" reconoce la propia Fisher en sus memorias. Y es que Fisher era consciente de todo lo que estaba mal con aquel vestuario. "Las mujeres me perdonan que llevara el bikini porque saben que no lo hacía por elección propia".

La trascendencia que tuvo este traje también incomodaba a la actriz, pues en el museo de cera Madame Tussauds su figura lleva dicho conjunto. "Lo primero que notas en la Leia de cera es que estoy casi desnuda" comentaba la actriz y añadía que "todos los demás llevaban sus trajes normales [...], yo tuve que ponerme el bikini".

Padmé

Los personajes protagónicos femeninos de la saga han seguido su estela desde entonces. Padmé Amidala sería la siguiente en aparecer, en 1999 con el estreno de las precuelas. Natalie Portman interpretaba a esta joven reina cuyo destino estaba ligado al de Anakin Skywalker, el joven jedi que terminaría por convertirse en el villano de los filmes originales. Pese a ser presentada, principalmente como el interés romántico, Padmé no dejaba de ser monarca, para más tarde convertirse en una senadora y ávida defensora de la democracia. Además, de manera similar a Leia, luchaba sus propias batallas armada con un blaster y su ingenio.

Ahsoka

Durante las precuelas, aunque fuese de fondo, se pudieron ver por primera vez a mujeres blandiendo sables láser con suma destreza durante las batallas, lo que presentaba la posibilidad de tener a una como protagonista de una nueva historia. La primera que lo logró, aunque no sin mucho esfuerzo fue Ahsoka Tano en la película animada The Clone Wars en 2008. Tano era introducida en la galaxia como la aprendiz de Anakin Skywalker durante su etapa de jedi.


White Arrow Right Element
White Arrow Right Element

Tano batalló más por su supervivencia fuera de la pantalla que dentro de ella, pues desde su primera aparición generó una oleada de críticas destructivas que cuestionaban el sentido de su existencia y la consideraban indigna de luchar junto al héroe de la saga. Se criticó su testarudez, su poca paciencia y su poca capacidad reflexiva, cualidades que, curiosamente, Skywalker también poseía y por las que era alabado. Con los años, Ahsoka fue creciendo y el odio se fue mitigando, aunque nunca desapareció del todo, hasta que actualmente el suyo es considerado uno de mejores arcos de personajes de Star Wars. Solo han hecho falta 12 años, protagonizar una serie de animación y aparecer en otras cuatro.


Rey

Una suerte similar corrió Rey, el personaje principal de las secuelas que se estrenaron con mucha expectación en 2015. La generación que creció con Luke, Leia y Han llevaba ahora a sus hijos al cine para continuar el legado. El ratio de género del trio protagonista seguía siendo el mismo que el de las películas anteriores: dos chicos, una chica. Sin embargo, por primera vez ella estaba en el centro y eso le saldría caro. Rey se presentaba como una huérfana que sobrevivía como chatarrera y que siempre había estado sola, pero que descubriría la rebelión que encabeza Leia y se unirá a sus filas.

Como los anteriores héroes de este universo, logra dominar el sable láser y se bate en duelo con su malvado oponente Kylo Ren, pero lo hizo demasiado bien o eso pensaron muchos.

Las redes sociales se inundaron de comentarios que denunciaban lo inverosímil que era su destreza con la fuerza y con el arma de los jedis. En una galaxia donde se pueden controlar los objetos sin tocarlos, lo inverosímil era que Rey fuese poderosa. Claro.

El acoso y derribo que sufrió Daisy Ridley, actriz que interpretaba el personaje, fue tal que se vio obligada a eliminar sus redes sociales, pues ella debía tener la culpa de que lo que sucedía en pantalla. Por supuesto.

El debate de si Rey era demasiado fuerte como para ser creíble se sigue pudiendo oír al fondo de la sala, pero las secuelas terminaron y fue ella la que devolvió la paz a la galaxia. Aun así, las mujeres siguen teniendo que pelear por ocupar parte del espacio de Star Wars.


La agresividad del fandom de Star Wars no es nada nuevo, ya se ha ejemplificado su comportamiento con parte del elenco de las secuelas. John Boyega, coprotagonista de Riley sufrió ataques racistas pues, al parecer, era imposible que un soldado imperial fuese negro.

Pongamos que los agravios a los actores son algo “normal” y que sucede en todos los grandes acontecimientos cinematográficos, ¿dejaría de ser la comunidad de Star Wars problemática? Ni mucho menos. Dentro de la misma parece haber reglas escritas en piedra sobre lo que te cualifica o no para ser digno de ser fan de la saga. Si eres una chica, empiezas mal.

No parece haber un motivo válido para que te guste este universo pues o finges que te gusta por postureo y porque está de moda, o solo por el romance que, además, es lo peor que tienen estas historias, o simplemente porque los chicos que aparecen son guapos.

Otro procedimiento que deben seguir los buenos fans de Star Wars es el de someter a aquellas que osen a mencionarlo a un riguroso examen para determinar si poseen el suficiente conocimiento específico sobre el tema, aunque sea el referido a una teoría que nunca se confirmó pero que se podía intuir en una serie de cómics no publicada.

A la hora de compartir sus opiniones, estas también se ven menospreciadas. “Muchas veces asumen que no nos hemos visto todas las películas” comenta María de 22 años. Preguntas como “¿qué sabrá una tía de Star Wars?” o “calla hembra” son las respuestas que suelen recibir las fans por osar a hacer pública su opinión con respecto a un tema. Esta descalificación está muy relacionada con la idea de que las mujeres no son capaces de comprender o analizar a los personajes o incluso la propia historia, como si estuviese codificada de manera en la que solo unos pocos pueden acceder a su verdadero significado.

La doctora en cine Becca Harrison centra sus estudios en las historias de la franquicia con menos protagonismo, tanto dentro como fuera de la pantalla, teniendo como ejemplo la experiencia de los fans “marginales” de la saga, como pueden ser mujeres negras o discapacitados. Para Harrison existe una relación entre género y raza y el tipo de acercamiento que se hace a las películas pues afirma que “las mujeres, especialmente las de color, han recibido un trato atroz por parte de algunos fans, normalmente blancos y, a menudo, hombres". De manera similar, ha observado que la respuesta de fans pertenecientes a minorías a los personajes femeninos en pantalla suele ser positiva.

Harrison no es ajena al lado más negativo del fandom de Star Wars, pues fue amenazada e insultada en redes sociales por realizar un análisis feminista de la saga, algo intolerable como ya hemos podido aprender, lo que la llevó a dejar de hablar de la franquicia durante un tiempo. “Es exactamente para lo que está diseñado ese tipo de comportamiento” reconoce, pero realza la existencia de comunidades dentro de los fans que le han hecho sentir “incluida y valorada”. Y es que, afortunadamente, no todos son trolls “que vomitan odio e insultos y quieren que la franquicia elimine la representación femenina” como los describe la doctora, sino que existen espacios en los que “celebran los tímidos pasos que están dando las películas hacia la igualdad para las mujeres”.

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Fuente: Creación Propia

En lo que respecta a la aceptación de los personajes femeninos por parte del público general, Harrison cree que más que una evolución, Star Wars se ha puesto al día con lo que “la mitad de su público siempre ha querido” y explica que ya en los años 70 había quien reclamaba más espacio para personajes femeninos y no blancos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que más no siempre es mejor. En uno de sus estudios, Harrison cuantificó los minutos en pantalla de los personajes femeninos de la franquicia y los datos mostraban una mayor presencia de Padme (durante las precuelas) que de Leia en la trilogía original. Pero, como Harrison especifica, “lo datos cuantitativos sobre el tiempo en pantalla son útiles y nos dan ideas generales sobre los patrones de representación, pero hay que analizarlos junto con las lecturas cualitativas de las películas”, pues mientras Leia tiene menos minutos en pantalla, su personaje es más crucial para la trama que el de Padme.

Con todo, Harrison observa una mejora en el tratamiento de los personajes femeninos, pues actualmente hay más papeles con nombre propio para mujeres, pero también reconoce que queda mucho camino por recorrer, especialmente en lo relacionado con la representación de mujeres negras pues, “se han visto perjudicadas por arcos argumentales poco desarrollados”.


Ya nos ha quedado claro que siendo mujer hay que luchar para encontrar hueco entre los personajes de la Guerra de las Galaxias y también para ser fan de esta, pero lo hemos conseguido y ahora queremos comprar una camiseta que muestre al mundo nuestra devoción por la franquicia, ¿cómo de difícil puede ser?

Vayamos paso por paso. En primer lugar, nos gustaría comprarla en una tienda física, pues queremos cerciorarnos de la calidad del tejido y estrenar la prenda cuanto antes, así que la primera opción son tiendas generalistas como Zara, Primark o Lefties, que acostumbran a tener productos de la franquicia en su catálogo. En la sección de mujeres la variedad de camisetas parece que es menor, pero no nos quejaremos y escogeremos de entre lo que se nos ofrece.

Descartamos aquellas que sean rosas, porque no nos gusta el color, tampoco nos interesan demasiado los droides, así que esa tampoco la escogemos, queremos algo un poco más original que el clásico logo amarillo sobre fondo negro, y ya solo nos queda una de Baby Yoda siendo adorable, pero no era lo que veníamos buscando.

En el proceso de salir de la tienda pasamos por la sección de caballero y ahora sí, eso era lo que buscábamos, camisetas con diseños originales con los protagonistas de las películas, incluso algunas de ellas incluyen a Leia. Predominan los tonos negros y rojos, así como los villanos. Elegimos la que nos gusta y vamos hacia la caja, que se encuentra pasando por la sección infantil y nos llama la atención que el mismo diseño de Baby Yoda de la camiseta que descartamos la podemos encontrar en talla infantil, qué cosas.

Y es que desde que The Mandalorian se estrenase en Disney+ en 2019, el merchandising femeninos de Star Wars ha sido conquistado por Baby Yoda, también conocido como Grogu. El pequeño ser verde cautivó al público y su aspecto adorable lo ha catapultado a todo lo que pueda comprarse.

Sin embargo, llama la atención como se emplea el mismo diseño infantilizado para los artículos para mujeres como para niños. ¿Es posible que te guste este personaje y que no vayas vestida como tu vecino de cuatro años?

Mujeres y niños primero, pero ¿siempre iguales?


Her-Universe, la necesidad de un universo propio

La falta de merchandising femenino no ha pasado desapercibido a la propia comunidad interna de Star Wars. Ashley Eckstein, la dobladora de Ahsoka Tano en todas sus apariciones animadas creó su propia línea de moda para fans de Star Wars que quisiesen abandonar el rosa y los droides. Her-Universe propone diseños sutiles basados en los distintos personajes de la saga, la mayoría de ellos femeninos como la propia Tano, Padme, Leia o Rey.

La aceptación de la tienda fue tal que ha ampliado sus diseños a otras franquicias como Marvel, DC o Harry Potter. ¿Sufrirán estos universos las mismas lacras que el de Star Wars? Posiblemente.

Star Wars presenta batallas intergalácticas entre seres de todos tipos, tamaños, especies y colores, pero parece que las que no dejan de luchar, simplemente por su permanencia en pantalla son las mujeres.

Son más de la mitad de la población terrestre y siguen siendo tratadas como una minoría galáctica.

¿Hasta qué momento tendrán que seguir defendiendo su espacio, ya sea dentro de las historias o como fans de las mismas?

Que la fuerza les acompañe...


Cristina Martínez